Preguntas Frecuentes sobre la Mediación

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En medio de la dificultad yace la oportunidad.

Albert Einstein

¿Qué es la mediación?

La mediación es un proceso que permite ayudar y promover el entendimiento de las partes en un conflicto, con el objetivo de alcanzar un acuerdo. Los entornos de actuación de un mediador son múltiples, ya que la naturaleza social de las disputas no tiene límites, aunque sí son más comunes en la pareja, la familia y las organizaciones. Esto se debe a que en estos ámbitos confluyen intereses contrapuestos, tanto personales, como socio-profesionales, sobre todo en los ámbitos laboral y académico.

¿Quién será el mediador?

El mediador o mediadora es un profesional acreditado. En el caso de nuestro centro, se trata de psicólogas clínicas especializadas en pareja y familia, con amplia experiencia en el ámbito de la mediación familiar y organizacional. El mediador es un pacificador en búsqueda de consenso a través del diálogo. Una vez comenzada la sesión, este propondrá e implementará algunas técnicas probadas para facilitar el entendimiento y la búsqueda de acuerdos, respetando en todo momento los intereses y motivaciones de cada parte. La profesionalidad e imparcialidad del mediador es clave para el buen desarrollo de la mediación.

¿Quiénes pueden beneficiarse de un proceso de mediación?

Todo grupo de personas que tenga una necesidad intrínseca o extrínseca de llegar a un acuerdo determinado, se puede beneficiar ampliamente de un proceso de mediación. Entre los casos típicos sujetos a mediación destacan las parejas que se enfrentan a un divorcio o una separación, disputas familiares concernientes a cuestiones económicas y otras discrepancias paterno y materno filiales.

¿Por qué elegir la mediación?

Una de las principales causas por las que las personas se deciden por este tipo de proceso es su efectividad y su conveniente relación coste-beneficio si se lo compara, por ejemplo, con un divorcio contencioso y con otros acuerdos fruto de interacciones en malos términos. Más aún, si se contempla la posibilidad de una judicialización de estos asuntos, la burocracia y el consiguiente aumento en gastos y tiempo suelen ser de crecimiento exponencial. Cabe destacar que en nuestro país, las partes pueden pedir al juez la suspensión de las acciones judiciales y optar así por participar de una mediación familiar.

¿Cuál es la diferencia entre arbitraje y este tipo proceso?

A diferencia del arbitraje, en donde el objetivo es finalizar con una resolución dictada por un árbitro, a acatar obligatoriamente por las partes, la mediación constituye un procedimiento informal en el que se busca llegar a un acuerdo concebido entre las partes.

¿En qué otro ámbito se aplica?

Como se ha mencionado, la mediación trasciende el ámbito conyugal y familiar. En nuestro caso, tenemos una holgada experiencia en el ámbito laboral, concretamente en lo que respecta a las relaciones personales en la empresa familiar. Existen unos rasgos típicos de este tipo de organizaciones en los que intervienen rivalidades –nuevas y heredadas-, pugnas por el poder, recelos, envidias y otras características problemáticas. Pero también intervienen lealtades –a la empresa y a la familia en su conjunto-, colaboraciones y fructíferas alianzas, todos ellos rasgos funcionales que hay que saber valorar y desarrollar. Las empresas familiares también destacan por su carácter transgeneracional. En ellas tienen que convivir indefectiblemente tradición con innovación, factor que en ocasiones conlleva tensiones y equívocos.

¿Qué diferencia existe entre la mediación y la terapia familiar y de pareja?

Mientras que la terapia familiar y de pareja es un tratamiento terapéutico, la mediación familiar constituye una alternativa extrajudicial o complementaria a un posible proceso jurídico. Más importante aún, cabe destacar que el objetivo primordial de la primera es mejorar la relación entre los miembros de la familia en general, a largo plazo y lograr relaciones funcionales. En cambio, el objetivo de la mediación familiar suele ser mucho más concreto, a saber, llegar a un consenso sobre unos temas o puntos determinados al finalizar la mediación. En la mediación familiar, la buena comunicación no es un fin en sí misma, sino una forma de facilitar el consenso. A diferencia de la terapia familiar y de pareja, la mediación suele transcurrir aún en menos sesiones, concretamente entre 3 y 8 sesiones de entre hora y hora y media.

En suma, cada vez más parejas y familias acuden a la mediación familiar. Al margen de las rupturas conyugales, las relaciones filiales, y, en gran medida, los desacuerdos de orden económico, suelen estar entre los problemas con mayores índices de consulta. La mediación familiar es un procedimiento de excelencia para alcanzar acuerdos de una manera eficiente.

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